Como dijimos en un post anterior, vinimos a Tandil buscando un cuchillo y más que el cuchillo buscábamos un soguero cuyo trabajo habíamos visto en Ushuaia. Solo teníamos como referencia su apellido y la ciudad. Llegamos al final del día y ninguno de los dos tenía expectativas de encontrarlo porque además era un día festivo. Así que caminamos la ciudad en el sol del atardecer y nos dejamos sorprender por algunas construcciones y principalmente porque fue la primera ciudad de Argentina en que las personas parquean en reversa sus carros lo cuál es un fenómeno.
Cuando el hambre nos invadió fuimos cenar a Época de Quesos, una casa de 1860, aparentemente pequeña y modesta en una esquina del centro de la ciudad, llegamos a la puerta (madera y vidrio), Alan tomó la cerradura, la giró, abrió y tuvimos acceso, instante en el cuál una inspiración profunda se hizo inevitable y los olores de especias, quesos maduros y carnes nos abrazaron suavemente para entregarnos a ellos de manera absoluta.
Estanterías viejas de madera de piso a techo, llenas de quesos y conservas, mesas repletas de variedad de quesos, canastas con champiñones y tomates secos, frascos con mermeladas y jamones, lomos, salami .. crudos o cocidos y de diferentes formas y sabores ocupaban el espacio, atraían la mirada y despertaban los sentidos, estábamos en el medio de una caja de delicias de cuento infantil.
Iniciamos nuestro recorrido de pruebas, una chica amable y paciente escruto nuestros gustos para ofrecernos las variedades disponibles, probamos quesos, carnes y salsas para finalmente tener 3 bolsas de cosas en la mano como piratas con botín nuevo. Lo que siguió fue más del mismo deleite y ahora la expectativa por comer nuestro fiambre.
Un hombre responde al otro lado y nos dice que todo esta cerrado hoy, el martes es el día de descanso y no hay nadie en la tienda, al escuchar nuestra desilusión agrega, yo estoy en el taller, si quieren venir acá no hay mucho pero les puedo mostrar y explicar, quizás cuando vengan Gero ya este aquí.
A man answered, saying that everything was closed, Tuesday was the day they closed and there was no one in the shop. Upon detecting our disappointment, he said that he was in the workshop, and that if we wished to come to the workshop, although there wasn't much there, he could give show us around, and that perhaps Gero would be there later.
Media hora después estábamos en el taller, salió Hernán y nos recibió. Nos empezó a contar el rollo. Luego apareció un amable chico mechudo con barba, era el responsable de la tienda, cuando vio nuestro entusiasmo se ofreció a abrirla para que pudiéramos ver los productos terminados. Nuestra visita al taller duró dos horas, apreciar los detalles del proceso de elaboración, desde la selección del cuero hasta la terminación de las piezas, no solo fue delicioso, sino que amplió nuestra comprensión de la magnitud de las acciones necesarias para obtener un producto terminado de alta calidad.
When we arrived at the workshop a half hour later, Hernán came out and met us. He began the tell his tale. Later appeared a young guy with long hair and beard: he was responsible for the shop, and when he saw out enthusiasm he offered to open it for us to see the finished products. During the two hours of our time in the workshop we learned the whole process, from selecting hides to finishing the pieces. This was not only fascinating in terms of the work, but also in terms of understanding the magnitude and workmanship in producing high quality products.
Luego en la tienda, pudimos apreciar el trabajo de todos los miembros de la Familia Coll; la Madre es tejedora experta en técnicas mapuches y pampa, Máximo hijo es joyero y la obra de los sogueros está presente por todo el lugar. Un cuchillo y una billetera cautivaron nuestra atención, además del cinturón de Máximo en tejido Pampa, que no pudimos conseguirlo por haber sido un regalo de su mamá.
Later, in the shop, we could appreciate the work of all of the memebrs of the Coll family: the mother is an expert weaver in Mapuche and Pampa techniques, Máximo (the son) is a silversmith. The work of the "soguero" is present on all sides. A particular knife and a wallet caught our eyes, as well as Máximo's belt in Pampa work, which he could not sell since it was a gift from his mother.
Al salir de la tienda una llamada de Gerónimo, nos invitaba a regresar al taller por algo que nos había preparado. Cuando llegamos nos tenía un CD en un sobre lacrado con la descripción detallada de todo cuanto habíamos escuchado sobre el proceso para que pudiéramos apreciarlo. Almorzamos juntos compartiendo lo que cada uno tenía y hablamos de la vida deliciosamente.
On leaving the shop, Gerónimo called to invite us to return to the workshop where he had prepared something. On arriving there we received a CD in a beautifully sealed envelope with a description of everything we had learned about the process. We lunched together, with an extensive conversation to top off the morning.
Cada instante allí valió la pena, una danza continua de bondad, generosidad y pasión que exaltan lo más hermoso de lo humano. Salimos tarde hacia Buenos Aires, con un viento fresco alrededor del espíritu.
Every moment was worth it, a continuing dance of quality, generosity, and passion which reflects the best in humankind. We left late for Buenos Aires, with a fresh breeze in our spirits.
Besos
Alan y Marce
Hechos: 22 y 23 de Noviembre
Post: 14 de Diciembre, qué descuido.
The Epoca de Quesos sounds heavenly! We recently dined at a place called Salt, which specialized in cheeses and cured meats, but I prefer a similar establishment called Au Petit Chavignol in Vancouver :) What superb service from the artesan family... and such a beautiful unexpected gift.
ReplyDeleteAlan y Marce!Buscando otras cosas me encontré con esto, y me llevaron a revivir aquel momento en donde nos cruzamos los caminos... Siempre me acuerdo de ustedes, recuerdo que comimos juntos algo sencillo, en el taller. Un hermoso recuerdo que se refresca hoy. Gracias y hasta la próxima!
ReplyDeleteJerónimo Coll.